lunes, 8 de febrero de 2016

LA PRINCESA Y EL GUISANTE

Érase una vez un príncipe que no era feliz, pues no lograba encontrar una princesa con quién casarse. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, intuía que en alguna parte , antes o después, la encontraría.
Durante un año navegó por los mares del mundo en busca de su novia perfecta.
Visitó palacios en Persia y Perú, castillos en China y España.
Pero no encontró a su princesa.
Cuando volvió a su país, el otoño ya estaba dando paso a un invierno frío y gris.
Una noche, poco después de su regreso, hubo una tormenta terrible.
El príncipe se había ido a dormir. Mientras, el Rey y la Reina leían alrededor del fuego.
 En ese momento ...  tocaron a la puerta de palacio.
Al abrir, el Rey se encontró a una hermosa joven. Su vestido estaba empapado y sus zapatos cubiertos de barro.
¿Quién eres? preguntó el Rey.
Soy una princesa, respondió la desconocida.
Por supuesto no la creyeron.


Y la Reina pensó ...
Pronto averiguaré si de verdad es una princesa o no ...


Así que, mientras la joven se calentaba junto al fuego disfrutando de una buena cena, la reina y sus doncellas se pusieron a trabajar en los dormitorios.
Primero quitaron toda la ropa de cama de una de las habitaciones para huéspedes, luego, la reina colocó un guisante seco debajo del colchón.
Vaciaron todos los armarios de palacio hasta que reunieron unos cuantos colchones y uno sobre otro, los colocaron encima del guisante.



Te he preparado una buena cama, para que descanses, le dijo la Reina a la joven ...
La muchacha subió a sus aposentos y se puso un camisón que le había preparado la Reina.
Era un camisón precioso, cosido con tela Tilda, florecillas, puntillas y volantes lo adornaban.
Sin duda era digno de una princesa!!!


La joven se puso el camisón y se acomodó bien las medias. Eran muy finas y delicadas y sus diminutas borlas le daban un encanto especial. ....


Después peinó su cabello y colocó bien su corona.
Ya estaba preparada para descansar. 

A la mañana siguiente, cuando la bella huésped bajó a desayunar, la reina sonrió para sus adentros.
¿Como ha dormido mi querida princesa? le preguntó mientras la joven se sentaba a la mesa.
Lamento deciros que no he dormido nada bien, respondió la muchacha.
Siento parecer descortés, pero es que aún con todos esos colchones me sentía muy incómoda.


Es imposible, dijo el Rey. 
Te dimos la mejor cama de todo el palacio.
A lo que la muchacha contestó ... Pues me sentía, como si estuviera acostada sobre un guijarro y he amanecido amoratada.

¡Entonces eres una princesa de verdad! exclamó la Reina.
Solo una persona de sangre real puede tener una piel, tan delicada y sensible.
Sólo una auténtica princesa puede sentir la molestia de un guisante debajo de tantos colchones.


Eso fue también lo que pensó el príncipe. 
Cuando bajó a desayunar, apenas miró a la hermosa joven supo inmediatamente que ella era la esposa con la que él había soñado. 
No necesitó presentación. No necesitó guisante ni colchones como prueba. 
Su corazón le había dicho desde el primer momento que había encontrado a su princesa.


Y como suele suceder en el final de todos los cuentos ...
 los príncipes fueron felices y comieron perdices. 


  ♥ GRACIAS ♥

Por vuestras visitas y comentarios.
No imagináis como me alegran el corazón y alimentan mis ganas de seguir dando puntaditas con mucha ilusión. 
Sois muy GRANDES!!!
A Mario, agradecerle su ayuda como siempre y su paciencia conmigo también, jejeje. 
Su trabajo con las fotos, es impecable!!!
También agradezco a los nuev@s seguidores su paso por mis DREAMS. 

Y para despedirme deciros que no dejéis de leer cuentos, a los más pequeños o a nosotr@s mism@s, porque los cuentos potencian la imaginación, favorecen la creatividad, fomentan la lectura y nos transmiten unos valores que nos acompañaran en el recorrido de nuestra vida. 
A mi me encantan, quizás por eso soy tan soñadora!!!

Espero que os haya gustado, mi muñequita Tilda, inspirada en el cuento de la Princesa y el Guisante,
Es la primera que hago una y ya luce en la habitación de mi peke, como se merece.


Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

Ser felices!!!

Mientras, yo sigo creando sueños y sigo creyendo en ellos. 
...  BESOS ... 

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